Sábado, Noviembre 02, 2024
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La imagen de Nuestra Señora de la Piedad entra a formar parte del patrimonio de la Cofradía de la Pasión del Señor trece años después de su fundación. Este fue el motivo por el cual, en 1959, la segunda imagen titular de Nuestra Cofradía desfilaría por vez primera un Viernes Santo por las calles de Guadalajara.

Este grupo escultórico, primero en la Semana Santa de Guadalajara, fue adquirido debido al ideario inicial de la Cofradía de ir añadiendo pasos hasta llegar un día a completar todas las escenas de la Pasión de Jesucristo. Fue elegida la imagen de Nuestra Señora de la Piedad por expreso deseo del Abad de la Cofradía y, por lo tanto párroco de Santiago Don Teodoro del Álamo, quien expresó su ilusión porque el nuevo paso de la Cofradía fuera este y no otro.

 

Una de las primeras fotos de la Piedad

La imagen se encargó, mediante pago de un anticipo de 5.000 pesetas de las 42.000 ajustadas (acta 22 de marzo de 1959) con el taller valenciano de “Royo Rabasa”, cuya fama entonces ya era bien merecida. En este taller el Sr. Royo siguió las pautas de nuestros fundadores hasta conseguir esta magnifica escultura de madera policromada cuya peana mide 2,25 x 1,95 metros, teniendo una altura en su conjunto superior a los tres metros. Este grupo escultórico representa a la Virgen con Jesús muerto en sus brazos, en tamaño natural, al que acompañan dos ángeles contemplando las llagas de Nuestro Señor.

El nuevo paso, debido a su peso, también requería la inversión de una nueva carroza para los pasos de la Cofradía que se construyo a tal efecto y que, como nota curiosa, sería guardada en el Regimiento de Ingenieros de Guadalajara.

 

Candelabro para la nueva carroza adquiridos en 1968

Al no permitir en los primeros años a las mujeres desfilar con hábito, si bien a fin de que éstas estuvieran muy cercanas a la Madre, en 1960 se constituyó dentro de la Cofradía un grupo denominado Esclavas de Ntra. Sra. de la Piedad las cuales acompañarían a la Virgen con su Hijo muerto alrededor del paso, desde el que se desprendían unas cintas de seda recogidas por las componentes de este grupo. Esto sin duda sería el preludio ocasional de lo que sucedería muchos años después con el nacimiento del Grupo de Cargadoras de la Cofradía de la Pasión del Señor.

La imagen desfiló hasta el año 1969, este último incluido, ya que, debido al comienzo de las obras de restauración (22 de junio de 1969) de la Iglesia de Santiago Apóstol, las imágenes de la Cofradía pasaron, en agosto de ese año, a la Capilla del Convento de la Piedad, entonces ya Instituto “Brianda de Mendoza”. La razones para que la imagen no procesionara se fundamentan en las “dificultades derivadas del traslado y montaje de la Imagen, dado su extraordinario peso, que exige la colocación de la carroza a nivel del altar, puesto que se encuentra en la Capilla del Instituto Brianda de Mendoza” (convocatorias 1970 y 1971).

 

Nuestra Señora de la Piedad

Desde 1970 la Ntra. Señora de la Piedad no desfilaría el Viernes Santo, no volviendo a salir este paso hasta 1986, año que, pese a no estar en la convocatoria, se sale de forma improvisada. En su lugar el viernes se desfilaría portando al Santo Cristo Crucificado de los Caídos (o de la Buena Muerte) hasta el año 1975 en que la Cofradía deja de salir los Vienes Santo hasta el mismo año de 1986. En este último año las procesiones del Viernes Santo serían con Capirote Blanco hasta el año 2000, en el cual se recupera esta tradición y parte de esencia de nuestra Cofradía.

 

Santo Cristo Crucificado de los Caídos

Tras la restauración de la Iglesia de Santiago por parte de la Dirección General de Bellas Artes, algún iluminado de esta última considera que el grupo escultórico de Nuestra Señora de la Piedad “desentona con el entorno monumental”, no pudiendo la imagen volver a su parroquia de origen. La imagen, por tanto, es guardada en la Capilla de la Piedad del Instituto “Brianda de Mendoza”, lugar elegido, como se ha comentado, durante los años de las obras de Santiago, hasta que en abril de 1976 la Piedad es llevada a la segunda capilla del Santuario de Nuestra Señora de la Antigua, Santuario donde la imagen reside hasta nuestros días.

Durante este periodo de tiempo nuestra Cofradía también sufrió las horas bajas que le tocó vivir al resto de congregaciones de Semana Santa de Guadalajara.

A finales de los años ochenta, y coincidiendo con un importante relevo generacional en la Cofradía, comandados principalmente por una hermana que luego llegara a ser cargadora, se retomó la idea de volver a sacar a las calles a Nuestra Señora la Virgen de la Piedad. Y así las cosas, en el año 1986, volvió a salir por las calles de nuestra ciudad el día de Viernes Santo; lo que también supuso que Nuestro Padre Jesús de la Pasión, titular de la Cofradía, quedara en su hornacina este día por hacer uso la Virgen de su carroza. Al año siguiente, en 1987, nuestra Cofradía rescataría para los desfiles procesionales de Guadalajara la imagen de Nuestra Señora de la Esperanza, imagen que no desfilaba desde 1968, año en que la Cofradía de la Esperanza deja de funcionar. Con este motivo nuestra Cofradía cambia el recorrido de su procesión del Jueves Santo para poder subir hasta la Cárcel Provincial donde la Virgen de la Esperanza tenia, en tiempos pasados, la potestad de indultar a un preso.

 

Procesión de Jueves Santo de 1987

Así pasan los años y desde la Junta de Gobierno se empieza a fraguar la idea de abandonar las ruedas en las procesiones y sacar a hombros la Imagen de Nuestro Padre Jesús de la Pasión, y tras mucho esfuerzo y varios años de espera, en el año 1995, se conseguía aquel deseo tan codiciado.

 

Nuestra Señora de la Piedad en carroza de ruedas

Para esta aventura quienes dejaron de ser niños para pasar a la etapa de jóvenes, desde el año 1990, iniciaron la andadura de formar un grupo de cargadores para portar a hombros durante toda la procesión llevando en 1990 y 1991 al Cristo de la Agonía, el Jueves Santo, de titularidad del Santuario de Ntra. Señora de la antigua, y el Viernes Santo portando al Cristo de los Caídos o de la Buena Muerte, de titularidad de nuestra Iglesia de Santiago. En 1992 el grupo portó, el Jueves Santo al Cristo de la expiración, de titularidad municipal e imagen del siglo XVII, y el Viernes Santo al Cristo de los Caídos o de la Buena Muerte.

Apartir de 1993 salen en la noche Jueves Santo y Viernes santo con el Cristo de la Expiración, cuya imagen preside todo el año la capilla del Cementerio Municipal y es la imagen más antigua de Guadalajara. Este grupo se puede considerar el auténtico germen de lo que luego en el año 1995 fuera el Grupo de Cargadores de la Cofradía de la Pasión del Señor. Ese mismo año la carroza del Nuestro Padre de la Pasión pasa a ser de Nuestra Señora de la Piedad que desfila ya con una carroza en propiedad.

También en 1995 en la Cofradía se funda el Grupo de Cargadores del Cristo de la Expiración, se incrementa el número de tambores en el grupo propio a este efecto formado el año anterior (1994), y vuelve a recuperarse el recorrido tradicional de la procesión del Jueves Santo debido a que deja de salir con nuestra Cofradía Nuestra Señora de la Esperanza para, una vez refundada su propia Cofradía, procesionar de nuevo el Miércoles Santo.

GRUPO DE CARGADORAS

 

Este preámbulo de la formación de los grupos de nuestra Cofradía se hace necesario para entender el nacimiento del Grupo de Cargadoras, cuya idea inicial subyace durante una reunión en casa de un hermano de la Cofradía en el día que, tras el éxito de la Procesión de la Semana Santa de 1996, se compartían las opiniones junto con el pan.

Así las cosas alguien alzó la voz diciendo: “tendríamos que salir a hombros también con la Imagen de la Piedad”; a lo que otro hermano contesto afirmativamente pero con la premisa de portarla a hombros de mujeres. Y así las cosas, dos de los asistentes tomaron el testigo erigiéndose, con permiso de la Junta de Gobierno, en los responsables de aquella nueva meta.

A mediados del año 1996 se dio comienzo a los trabajos, centrando los esfuerzos en tres pilares; primero, la búsqueda de mujeres; segundo, la búsqueda de fondos debido a que las arcas de la Cofradía se encontraban prácticamente vacías por el gran desembolso que se había dado en años anteriores en la adquisición de la carroza de Nuestro Padre Jesús de la Pasión, amén de nunca habernos caracterizado por las dificultades económicas; y tercero, el diseño de la carroza, preocupación importante debido al elevado peso que la propia Imagen tiene, al que habría que sumar la estructura y complementos, y siempre contando con que las portadoras serían mujeres.

BÚSQUEDA DE CARGADORAS

 

 

Con una lista de miembros de la Cofradía carente de datos verdaderamente identificativos en tanto sólo costaba el nombre, dirección y teléfonos, y con la ayuda de estos últimos, se empezó a telefonear noche tras noche durante varias semanas a todas las féminas de la Cofradía informando del propósito, no sin sorpresa de que por esas carencias identificativas, muchas veces se desconocía donde se contactaba, y así las cosas y valga como anécdota, algunas de las respuestas eran que “ya me gustaría salir pero la edad no me deja”, o, “mi hija es un bebé”.

Realizadas esas primeras consultas no eran más de una quincena las que tenían posibilidades de portar a Nuestra Señora la Virgen de la Piedad, por lo que sin cesar en el empeño y con las ayudas de anuncios en comercios del barrio y algunos que otros en prensa, se venía a promocionar la idea. Y así las cosas, para finales del mes de enero de 1997, con ayuda de todo lo anterior y del “boca a boca”, se convocó la primera reunión en los salones parroquiales a la que acudieron treinta y nueve de las que serían futuras cargadoras, la mayoría de ellas su primera cita con la Cofradía y por ende, su incorporación a esta familia.

Como quiera que se desconocía por completo si las fuerzas acompañarían a las mujeres en este reto, y antes de emprender la segunda tarea de búsqueda de fondos económicos, se iniciaron los ensayos con la carroza que portaban los Cargadores debiendo alternar ambos grupos los ensayos a fin de utilizar la carroza. No podemos dejar pasar por alto el enorme esfuerzo que aquel grupo hacía en los ensayos por el enorme peso de la carroza destinada a Jesús de la Pasión, y tal era, que inclusive las patas de sujeción del Paso se vieron perjudicadas rompiéndose las dos delanteras en esos ensayos de las frías noches de febrero.

El ejemplo del esfuerzo se vio recompensado por el ánimo que aquel primer grupo de mujeres se daba y por la gran asistencia a cada uno de los ensayos. Gracias a este ímpetu se continuó con la búsqueda de los fondos.

 

Primer grupo de Cargadoras de Nuestra Señora la Virgen de la Piedad, 1997

 

Uno de los primeros ensayos de las cargadoras

BÚSQUEDA DE FONDOS ECONÓMICOS

 

Como ya se señalaba, la Cofradía desgraciadamente no contaba con dinero, por lo que se empezó a llamar a la puerta de distintas entidades para que colaboraran al fin pretendido.

Surgió entonces la idea de adquirir medallas de la Cofradía, máxime cuando desde hace muchos años no se había acuñado ninguna y la mayoría de los miembros de la Cofradía, por no decir casi todos, no tenían esta insignia tan identificativa. Así mediante la venta de las medallas se pretendía poder asumir los costes que supondría la carroza. Una de las puertas, en concreto la de nuestra vecina de Sede, IberCaja, se ofreció con la cantidad de 175.000 pesetas, suma que serviría para la compra de las medallas que en el número de cien se encargaron.

Aquéllas primeras medallas se vendieron casi en su totalidad en el primer año y, al precio de 2.250 pesetas, con el fruto de las mismas se empezarían los trabajos de esa primera carroza hasta donde llegaran los recursos.

Pedidos distintos presupuestos se veía que era imposible alcanzar el objetivo, pero antes de tirar la toalla, y sobre todo la ilusión, uno de los responsables propuso hacerla entre miembros de la Cofradía, encargando los trabajos más complicados a empresas especializadas a fin de culminar el objetivo. Estos trabajos dieron inicio a finales del mes de febrero de 1997.

DISEÑO DE LA CARROZA

 

Con la consabida dificultad que se había tenido en los ensayos con la carroza del Grupo de Cargadores, había que buscar una solución para contrarrestar el elevado peso de la Imagen de Nuestra Señora la Virgen de la Piedad salvando la dificultad de diseñar una estructura que fuera lo suficientemente resistente para aguantar ese peso.

En esta tarea, el hermano encargado y responsable de la construcción, tras oír y, porque no decirlo, desatender la mayoría de las propuestas, decidió, con mucho acierto, realizar una estructura de aluminio con el fin de procurar un paso lo más liviano posible, elemento que sin duda soportaría ese desmesurado peso de la Imagen, si bien luego se debería de recubrir de madera el cerramiento de esa estructura.

Tras corregir distintas medidas, se vino a encargar la estructura de aluminio que, una vez acabada, se trasladó a los talleres de Gregorio Sanz para que realizara el recubrimiento en madera de esa estructura, todo ello con unos fondos bastante mermados.

Desde este taller, y en el plazo de dos semanas, se nos entregó la carroza a la que sólo la quedaría realizar la pintura y la instalación eléctrica. Con la preocupación del coste de esa nueva factura por los trabajos de madera, encontramos el signo desprendido y muy gratificante en la persona de Gregorio Sanz, que sin ser hermano de la Cofradía nos donó sus laboriosos y costosos trabajos.

A falta de quince días para la Semana Santa, en una noche de martes, las mujeres cargaron por primera vez con la carroza en un primer ensayo; el objetivo estaba prácticamente cumplido.

En el resto de los días, trabajando hasta altas horas de la noche después de la salida de los correspondientes trabajos, un número muy escaso de hermanos, pero lleno de empeño, daba término a las labores tanto de barnizado como de iluminación del Paso.

El Grupo de Cargadoras de Nuestra Señora la Virgen de la Piedad de la Cofradía de la Pasión del Señor desfiló por las calles de Guadalajara el Viernes Santo de 1997.

UN NUEVO PASO...

Después de algunos años de sacrificios económicos en la Cofradía, en la Semana Santa de 2011, el paso de Ntra. Sra. de la Piedad estrenaba en la noche del  Viernes Santo la nueva Canastilla de plata y madera que la cofradía adquiere en el taller artesano Salmerón de Socuéllamos. El sencillo diseño fue consensuado por la Junta de Gobierno siguiendo los principios fundacionales de austeridad y rigor procesional. Al igual que el paso de Nuestro Padre Jesus de la Pasión, la Canastilla lleva en su frontal la portada de la Iglesia de Santiago Apóstol.

OTRO NUEVO PASO DE NTRA. SRA. DE LA PIEDAD

Este año (2016) la Cofradía ha decidido renovar el Paso de Nuestra Señora de la Piedad, habiéndose realizado en los talleres de orfebrería Orovio de Torralba de Calatrava (Ciudad Real).

Se ha hecho toda la estructura de aluminio y estrechado un poco para poder salir algún día desde la iglesia. La canastilla se ha acortado un poco, conservando toda la plata pero reduciendo la madera  para poder quitar peso.

Todo ello después de meditarlo, y sobre todo manteniendo la idea inicial de cuando se hizo la carroza y después la canastilla, pues en su día varias personas le dedicaron mucho tiempo y sobre todo cariño para impulsar la salida de la Virgen a hombros de mujeres.

El grupo de dulzaineros componen dos marchas propias para Ntra. Sra. de la Piedad y sus Cargadoras.

En tu regazo descansa

Madre ten Piedad